Fotografía epistolar - Ese gran gesto de Donald Trump

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¿Sabes César?

 

La renuncia de Donald Trump a su salario de presidente, o lo que es más el gesto de aceptar sólo un dólar anual por su labor, me ha recordado hoy a la actitud de Dorothea Brooke, protagonista de la magnífica novela Middlemarch de George Eliot, que  rechaza quedarse ninguna joya de la herencia de su madre, cuando su hermana Celia propone repartirlas, bajo el pretexto de que ella (Dorothea) no pensaba usarlas nunca, ya que  estaba por encima de esa debilidad consistente en la necesidad del adorno.

Como señala George Eliot tan brillantemente, "había una buena dosis de superioridad en aquella condescendencia puritana". Sin embargo, no debemos olvidar que esa debilidad que no tenía, no le impidió quedarse finalmente, eso sí sin concederle el menor valor, con la sortija y la pulsera de esmeraldas que obviamente eran las que más valor tenían y que ambas hermanas preferían sin lugar a dudas.

Con esto quiero decir que ese juego, ese bofetón sin mano a los presidentes que cobran por los servicios prestados a su nación, por parte del que ya tiene los bolsillos llenos y perspectivas de que sigan así por mucho tiempo, es tan antiguo como la vida misma. ¿Qué tendría que haber hecho entonces caudillo de tan nobles intenciones? tal vez aquello de "que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha", pero... ¿Qué estoy diciendo?¿desvariando de nuevo?...mejor me callo ya.

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